Foto: El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, tocado con el kipá, y en segundo plano el líder del partido Azul y Blanco y ganador de las últimas elecciones, Benny Gantz. / REUTERS / RONEN ZVULUN.
21 de septiembre de 2019
Por Ana Alba
En los últimos años, la extrema derecha nacional-religiosa ha ido ganando peso en la política israelí con ayuda de Netanyahu. La erosión de las instituciones democráticas podría ahondarse si las fuerzas extremistas vuelven a gobernar.
Los israelís han escogido a nueve fuerzas políticas para que los representen en la Kneset (Parlamento). La mayoría de escaños son para partidos o coaliciones de centro, derecha, ultraderecha (secular o nacional-religiosa) y religiosos ultraortodoxos. De centro-izquierda solo hay tres formaciones: las dos sionistas -la lista del Partido Laborista con Gesher, y la Unión Democrática- tienen 6 y 5 diputados, y la Lista Árabe conjunta, 13. Una minoría de israelís ha escogido a fuerzas de centro-izquierda.
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