
22 de abril de 2018
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El grosero zarpazo que Israel le propinó a la soberanía argentina con el secuestro de Adolf Eichman en 1960 ha dejado secuelas que hasta hoy dictan la conducta de su justicia ante Israel. A más de medio siglo de aquel triste incidente diplomático, da la impresión que la justicia argentina se compenetró de su status inferior en esta relación, y, cuando la circunstancia obliga, se ve en la necesidad de amoldarse.